De nuevo volvemos a ‘nuestra normalidad’ en tanto en cuanto a publicaciones se refiere, esperemos que este 2021 venga bien cargadito de nuevas Criaturas Salvajes excitantes y de excelentes discos creados por las susodichas tal y como ya pasó el pasado año a pesar del ‘apocalipsis’ que nos asolaba y nos sigue asolando. Por si todavía existe algún despistado o despistada, tenéis a vuestra disposición los especiales de ‘Mejores Criaturas Salvajes 2020’ publicados en dos partes, una el 21 de diciembre y la segunda el 23 del mismo en donde dimos buena cuenta (y tematizadas por estilos) de los mejores discos en estos tiempos difíciles en los que a nuestras CxS’s les ha tocado lidiar. Pero hay más, los Reyes Magos de Oriente nos trajeron el día de Reyes un podcast en descarga directa en donde podréis disfrutar de las mejores canciones del 2020 en términos energéticos pero con melodías y estribillos bien presentes. Ya tardías en escucharlo…
Para esta primera semana, debido a la todavía timidez en lanzamientos criaturiles nos hemos propuesto quitarle las telarañas a nuestra sección de #CriaturasSalvajesClasicas versada en rescatar a mujeres que abrieron hace décadas el camino en un show business musical dominado practicamente por hombres sentando cátedra en tanto en cuanto al rock’n’roll facturado por mujeres se refiere. Si mi compañero Bernardo se decantó por el garage/powerpop/rock’n’roll de las exitosas noruegas COCKTAIL SLIPPERS en los comienzos del nuevo siglo, un servidor viajará una década atrás, en concreto a finales de los 80’s y la década de los 90’s para coronar de una puta vez a una CxS que adoro y que se merece todos mis respetos. Por fin KIM DEAL (y de paso su hermana gemela KELLEY DEAL y TANYA DONELLY) es presentada y revisitada en esta website como toca, eso sí, Kim, los Pixies y The Breeders me marcaron mucho en los 90’s y me gustaría daros alguna impresión personal y no vomitar datos y datos que ya se sabe todo el mundo. Espero que os guste…
La carrera de Kim Deal no empezó en 1986 cuando fue la única que acudió a un anuncio interpuesto por Black Francis en un periódico buscando bajista ‘que le gustase el folk 60’s de Peter, Paul & Mary y el indie rock de rebabas hardcore de Hüsker Dü’, no, sus aspiraciones ya se hicieron relativamente reales cuando con su hermana Kelley montaron The Breeders tocando ocasionalmente por los garitos de Dayton, Ohio, a principios de los 80’s. Era un divertimento pero también un aprendizaje que metió el veneno de la música para siempre en nuestra protagonista principal de hoy. El nombre, The Breeders, pasó a hibernación durante una década…
Y no es para menos, lo que ocurriría en 1986 en aquella primera reunión ‘de estudiantes’ con Francis y Joey Santiago fue la semilla de una de las bandas definitivas para entender el rock alternativo, los Pixies habían nacido. Pero antes comentar que Kim se presentó sin bajo, que no sabía tocarlo ni tan siquiera y que, al parecer, la aceptaron en el grupo porque podían ensayar sin problemas en su piso sin molestar a los vecinos. Se fue a por el bajo de su hermana a Dayton (intentando convencerla sin éxito para que fuese la baterista) determinada en dominarlo y en aprender a cantar y hacer segundas voces. Un año después ya tenían Come On Pilgrim (1987), su EP debut, haciendo estragos en la escena underground bostoniana con su particular y esquizoide mixtura de estilos en donde se daban cita el garage, surf rock, reggae, hardcore, punk y powerpop con los distorsionados punteos de Santiago, los bipolares vocales de Francis con sus divertidas (y erráticas) letras en ‘spanglish’ y las luminosas y dulces armonías de la Deal. La Leyenda comenzaba a gestarse…
Como aquí no venimos a hablar en exclusiva de los Pixies, más que nada porque sería centrarse casi en exclusiva en su líder Francis, comentaré un poco por encima su discografía. Surfer Rosa (1988) fue su primer LP y si el EP ya levantó excelentes sensaciones, este acabó por rematarlas con un disco intenso, trepidante y rompedor teniendo a Kim más presente que nunca en el proceso compositivo y participando en vocales, incluso en la voz principal con uno de sus clásicos, «Gigantic». La bajista había alcanzado un nivelazo en poco menos de dos años formando parte activa (lo que le dejaba ‘el pequeño dictador’) en un disco que contenía temazos como el citado, «Where Is My Mind», «Vamos», «Bone Machine» o «River Euphrates»…
Doolittle llegó un año después, en el ’89. El nivel compositivo y la creatividad seguían siendo frenéticas y todavía no se resentía practicamente nada, bueno, Deal comenzaba a sentirse poco reconocida y a cansarse de la ‘tiranía’ de un visionario. Comenzaban las primeras rencillas serias pero es su disco más vendido y exitoso, el que todo el mundo debe escuchar y en el que clásicos legendarios como «Here Comes Your Man», «Monkey Was To Heaven», «Hey» y los otros doce hits convirtieron a los Pixies en la banda más influyente y rompedora de la época abriendo las puertas de bandas como Nirvana (Cobain estaba obsesionado con ellos), Weezer, Pavement o Belly entre muchas otras.
La extensa gira acabó por desgastar a todos, en especial la relación entre Deal y Francis y decidieron tomarse un merecido descanso en el que, quizás despechada y con ganas de expresar las ideas que no podía desarrollar con Pixies, vuelve a rescatar del olvido el nombre de The Breeders junto con su reciente colega, Tanya Donelly, a la que conoce cuando los duendes de Boston abren para su banda, Throwing Muses. La Donelly tampoco se sentía a gusto estando a la sombra de Kristin Hersh por lo que el nuevo proyecto era muy lógico y necesario para ambas facturando en muy poco espacio/tiempo su LP debut, Pod (1990) que también volvió loco a Kurt Cobain & Novoselic. Al que no gustó lo más mínimo fue a Francis…
Con la ayuda en ciertos momentos del violín de Carrie Bradley en cortes como «When I Was A Painter» y otros, el debut de The Breeders se salda con excelentes resultados, para mi gusto faltan singles rotundos todavía pero la instrumentación y la manera de crear texturas en low-fi y jugueteando con el noise y la distorsión creó escuela con un bajo prominente post punk (a cargo de Josephine Wiggs) tal y como ella lo marcaba en Pixies y unas composiciones que demostraban que la Deal ‘…no hacía galletitas sino pizzas…’ y no al contrario como confesó en su momento Joey Santiago…
La vuelta a la disciplina Pixie fue dura, muy dura y agria, Francis volvió más exigente y ombliguista que nunca y en lugar de hablarlo cada uno fue por su lado, eso sí, Bossanova (1990) no se resiente, y no me extraña teniendo un único compositor principal (…). Enfocado más en el surf rock y menos en locuras esquizoides, Deal tuvo que tragar y cumplir la papeleta entre borrachera y borrachera. Trompe Le Monde (1991), su disco más duro y agresivo, acabó por finiquitar no sólo la relación Deal/Francis sino también la de la banda en sí pues en el ’93 el rubio regordete disuelve la banda unilateralmente.
Lo que para otro hubiese supuesto un drama para Kim fue un alivio emocional y artístico en todos los sentidos, en 1992 vuelve a activar The Breeders lanzando el EP Safari ya con su hermana Kelley Deal en el barco. Fue el único disco en el que coinciden Kelley y Tanya Donelli pues meses después esta última abandona una banda en la que no se sentía cómoda al no poder aportar lo que le gustaría. La Donelly monta Belly siendo, ahora sí, la compositora principal y lider absoluta.
Pero lo mejor (y lo peor) estaba por llegar. Las hermanas Deal empastan a la perfección y la incorporación de Jim MacPherson en la batería da frescura y nuevos bríos en estudio publicando el disco definitivo de The Breeders, Last Splash (1993), el disco con el que me adentré en su discografía rindiéndome a los pies de la Deal y que pegó el pelotazo vendiendo dos millones de copias permitiéndoles embarcarse en una de las primeras giras masivas que Nirvana comenzaban a dar cuando se convirtieron en el epicentro musical del mundo. Y no es para menos el éxito, el tracklist es infalible, todas las canciones son sobresalientes, con una creatividad y frescura desbordante y con el añadido de ser cualquiera de ellas singles potenciales. Ahí tenemos el surf noise pop de «No Aloha», el ruidismo baladístico de «Invisible Man», el caos sónico de «Roi» (también en su version ‘(reprise)’, el powerpop en low-fi de «Do You Love Me Now?» y «Divine Hammer» y así podría seguir babeando con las gemas que me quedarían por citar pero este disco lo conoce todo el mundo por lo que cerraremos aquí con su single más celebrado y unos de los hits 90’s indiscutibles, el legendario «Cannonball»!!!…
Las giras pasan factura a Kelley Deal que cae definitivamente en la heroína teniendo problemas con la justicia por culpa del tráfico de estupefacientes. Necesario paso por ‘Rehab’ y parón de la banda en su mejor momento. Eso sí, Kim no paraba de crear y componer canciones, así que montó un nuevo proyecto con el baterista MacPherson llamado The Amps en donde dar salida a otra colección de canciones irresistible explotando una vez más su identificativo sonido low-fi e incluso convirtiéndose en una versión más cruda de The Breeders. Pacer (1995) contiene cortes muy nirvaneros caso de «Tipp City», «Hoverin» o «Empty Glasses» pero incursionando también en el pop de las all girl bands de los 60’s en el inicial «Pacer», teniendo escarceos Pixies como «Full On Idle» o proponiendo post punk aterciopelado en «Bragging Party». Un muy buen disco que hizo tener la cabeza ocupada a Kim para no caer en los infiernos en los que se encontraba su hermana.
Recuperada de sus demonios personales, Kelley vuelve a querer reactivar el proyecto de gemelas en 1999 y Kim vuelve a pensar en clave The Breeders para activar una banda aletargada y que había perdido el tren de su popularidad masiva a mitad de los 90’s. De aquí salen dos discos, Title TK (2002) y Mountain Battles (2008) que, sinceramente os lo digo, he escuchado tan sólo los singles y visto los clips y no me dicen demasiado. Reactivada la banda surge la oportunidad de limar asperezas con sus antiguos compañeros ‘duendes’ y uno de los comebacks más esperados se produce, los Pixies vuelven en 2009 tras casi veinte años separados aunque la cosa no dura demasiado pues The Breeders son su prioridad en directo y tan sólo se compromete al 100% entre 2009 y 2010. Ella no intenta producir nueva música con Francis, Santiago y Lovering, sólo gira cuando puede y quiere, cosa que ellos sí hacen poniendo en marcha a partir de aquí su mítica maquinaria. Abandona de nuevo ‘la gallina de los huevos de oro’ en 2013…
Cuatro años después Kim Deal pone en marcha una vez más The Breeders porque cree tener una colección de canciones redonda, vuelve la formación más querida y mítica con el retorno de Josephine Wiggs al bajo y Jim MacPherson tras los tambores. La cosa no pintaba pero que nada mal… (ndr: compárese la foto inferior con la misma que se hicieron en tiempos de Last Splash y que corona este artículo..)
Con un single tan interesante y catchy como el que estaréis escuchando ahora mismo, «Wait In The Car», All Nerve (2018), el quinto disco de la banda ya tenía asegurado cierto reconocimiento y cobertura pero no iba a ser el único tema interesante, aquí tenemos el típico comienzo intimista, en medio tiempo y relajadito de los discos de Kim con «Nervous Mary» con las guitarras marcando el paso, momentos de fragillidad como «All Nerve» o el space powerpop de «Spacewoman», el post punk oscuro deudor de Bauhaus o Siouxie and The Banshees en «MetaGoth», la interesante cover de los germanos Amon Düül, «Archangel’s Thunderbird», o la correcta balada criminal de «Walking with a Killer» conforman un disco que no es perfecto y que acaba de forma muy discreta en su cara ‘B’. En cualquier caso, está a la altura de la talla de nuestra protagonista, bueno de nuestras gemelas protagonistas, por lo que aquí cerraré este nostálgico retorno a una época en la que consumí muchas horas de Pixies, Breeders y Amps en la facultad de Bellas Artes (mejor dicho, en el parking de BBAA…) y en una década, la de los 90’s, en la que no se paraba de descubrir discos que hoy en día son icónicos para entender los últimos diez años en los que el Rock’N’Roll dominaba todavía el negocio musical. Os dejo con una ‘BOLA EXTRA’ que va en riguroso orden espacio/temporal. Que la disfrutéis…
Kim Deal aportó mucho a Pixies, teniendo semejante talento, para convertirse tan rápido en bajista y cantante.
Casi es mejor que haya sido apartada del grupo, para volver a armar The Breeders, que conocí por ese gran éxito. ¿Para que volver a Pixies?
Felicitaciones por esta entrada.
Un detalle, la reemplazante de su remplazante es la argentina Paz Lechantin.