Otra semana más en Criaturas Salvajes y esto no para en el placentero esfuerzo que supone traeros lo mejor de lo mejor de los movimientos, singles y discos paridos por mujeres dedicadas en cuerpo y alma al Rock’N’Roll y estilos periféricos. El lunes nos abrió la semana el siempre poliédrico y pizpireto Bernardo de Andrés con las irlandesas de Belfast, DEA MATRONA, una amalgama irresistible de classic rock, garage sixties, glam punk y bubblegum pop que va a hacer las delicias de muchos. En Irlanda la música se mama desde la cuna, de eso no os quepa la menor duda.
Damos el salto del Atlántico al Mediterraneo y vuelta a empezar porque nos vamos a Italia pero también a Argentina y Nueva York con una mestiza banda liderada por la CxS italiana LINDA FILIPPIN y el argentino Michael Reynal, se hacen llamar THE STRADDLERZ y hoy os he citado aquí para hablar de las mil maravillas de su reciente debut discográfico. Sin más y porque seguimos vivos… ¡¡¡hardrockeemos!!!…
Se dice, se comenta, ellos dicen, ellos comentan, que la génesis de la banda (la pareja artística ya llevaba unos meses on fire) se produjo en un caluroso julio de mitad de 2018 cuando un colega les monta un bolo ni más ni menos que en un club del Bowery neoyorkino. Sin nombre artístico todavía mientras deambulaban buscando el garito por el famoso barrio de N.Y., las musas les asaltan de golpe y les sonríen manzanas antes de llegar. Iban a rockear duro bajo el término The Straddlerz.
La cosa sale bastante bien por la Gran Manzana y deciden dedicarse en cuerpo y alma al hard rock y a la diversión, el ruido y la excitante suciedad que se destila del mismo, además de volcar su frustración con las injusticias y los dramas del mundo que nos y les rodea. Sus referentes principales se encuentran clarisimamente en el hard rock de los 80’s y principios de los 90’s y no me negarían jamás lo que les ha marcado bandas como los Guns N’ Roses, L.A. Guns, Van Halen, Ratt, Europe o Mötley Crüe por citar tan sólo unas cuantas.
Afincados e instalados definitivamente en el país de la bota y contando con varias formaciones en su sección rítmica, desde allí han intentando gestar su propia y particular revolución hard rockera componiendo un disco debut que tiene como objetivo asaltar el mundo y provocar el más absoluto placer eléctrico old school a base de tener una cabeza bicéfala absolutamente incendiaria con la garra vocal desatada de la Filippin y los excesivos y depravados guitarrazos hard & sleazy de Michael.
A principios de enero del presente año lanzan su primer single, «Streets Of Love», y sin más dilación y retardo, a finales del mismo mes publican un debutazo de nombre homónimo al de la banda, The Straddlerz (2021), del que todo Dios está hablando en medios especializados y que, obviamente, aquí no se nos iba a pasar ni un minuto más.
Para empezar, la producción y las mezclas han corrido a cargo de un tal Lase Salgado con la aportación de la propia banda. ¿Y por qué hago alusión al productor?, es sencillo, el sonido de la banda es crudísimo, las guitarras por momentos hasta chirrían desenfrenadas y el tratamiento del bajo quizás está un poco saturado sonando en algún momento con demasiado ‘zumbido’. ¿Es un disco mal producido o que peca de ser un debut?, en realidad no, el disco suena a como sonaban los primeros discos de L.A. Guns o Ratt, con unas guitarras crudas y sleazys y a esto es a lo que ha querido jugar la banda, a recrear aquel sonido de mediados/finales de los 80’s. Ya desde su inicial «No Changes» te das cuenta de lo que te estoy hablando, una guitarra que pugna por el protagonismo con el vozarrón al rojo vivo de Linda Filippin en una canción con una intensidad y pasión increíbles. Le sigue uno de los singles, «Streets Of Love», otro trallazo sleazy con esos saturados guitarrazos en combate con el timbre vocal más limpio pero no menos intenso de Linda. «Addiction» tiene un riff ciertamente cercano a un tema muy conocido de Van Halen (…), un medio tiempo que se va a encender al final, ya lo verás. «Circle Of Insanity» tiene otro comienzo tranquilito que solo te va a durar 40 segundos pues la disciplina de Tracy Guns y sus ‘pistolas’ se va a imponer agresivamente en el segundo 41. «Open Your Eyes» es mi tema favorito del conjunto, un killer trallazo que lo tiene todo, riff, melodía, estribillo, ovarios, pelotas y mucha descarga de decibelios. «Don’t Go Away» sigue la misma estructura con comienzo relajada, en este caso casi en formato balada, como si los Portishead más vodevilescos se viesen las caras con las guitarras de Mick Mars (Mötley Crüe) y Warren DeMartini (Ratt). Sí, sé que es cosa mía pero lo siento así. Llega el corte más ‘gunner’ del conjunto con «I’m Alive», desvocado, provocador, intensísimo en TODO. Un hermano menor del legendario «Nightrain», sin duda. «Without You» continúa desangrándonos los tímpanos, glam punk sleazy esta vez de corte más New York. «Yunkie Bastard» es el tema más extenso y actúa de cierre. De nuevo las guitarras desatando el caos sónico, trotonas, vacilonas, entre las que se mueve la voz filtrada de Lisa y en donde volvemos a mascar el peligro que debe tener esta banda en directo porque, como os dije en un principio, esto suena tan crudo e ‘in your face’ como si nuestros protagonistas llegasen a una sala, enchufasen sus instrumentos sin prueba de sonido y se pusiesen a rockear hasta desfallecer. ¡¡¡Así son The Straddlerz!!!…
La ‘BOLA EXTRA’ se reduce a la mínima expresión, la pandemia y que son una banda de reciente formación, poco recorrido en directo y presupuesto reducido limitan la exposición visual de hoy pero creo que váis a tener más que suficiente para haceros una idea de los dos lemas fundamentales que quieren cumplir a rajatabla, el ‘Sex, Drugs & Rock’N’Roll’ y su deseo irrefrenable por el ‘Party All Night Long’…