Hell Bruizes

Entrados en plena Semana Santa, a nuestras Criaturas Salvajes ni se les van a atragantar los pasos procesionales ni las tradicionales torrijas puesto que, como ya habréis comprobado, aquí seguimos activos. Mi incansable e indestructible Bernardo de Andrés nos trajo el lunes el proyecto solista de la cantante británica CHEZ KANE bien cargadito de hard y classic rock con mucha inclinación y elegancia hacia el AOR 80’s. Les ruego se pasen por el post de mi compañero pues su propuesta melodic rock ‘a la inglesa’ dista mucho de la venida practicada en Yanquilandia y en Escandinavia, como sería este último caso el de la Noruega Issa.

Pero hoy es Viernes Santo y, en lugar de hablar de ‘santidades’ e ‘Imágenes’ apegadas al culto religioso apostólico, católico y romano vamos a darle un giro invertido y travieso al crucifijo porque vamos a hablar del Diablo de una forma obsesiva, sensual y algo sofisticada. Si hacéis un poquito de memoria, los moscovitas HELL BRUIZES (y su todavía sin nombre CxS) ya se pasaron por aquí a comienzos del verano de 2018 y en febrero de 2020 dejándoos bien clarito que están llamados a derretir la bastísima extensión eternamente helada de semejante país…¡¡¡pero también del mundo entero!!!. Aquí una de las premisas iniciales…

 

Hell Bruizes siguen siendo el secreto mejor guardado de toda Rusia y posiblemente la pandemia les haya cortado unas alas que se estaban desplegando en una dirección más que correcta. El formato powertrio les va que ni pintado a estos ‘Infierno que golpea’, no hay huecos, no existen fisuras, suenan compactos y demoledores, muuuuuuy sexys y obsesionantes desde su primer tema, «Honey», que formaba parte de su E.P. de debut de 2017 y que titularon como Harsh.

Ella, en el centro superior de la imagen, nuestra CxS, nuestra ‘incognita Criaturil’, frontwoman rotunda venida de su antiguo proyecto, Blacksheep (sólo a las voces), y con un bajo absolutamente monolítico y musculoso 100%, el guaperas de la izquierda, como si de un clono de Michael Paré y Val Kilmer se tratase, es el guitarra, con unos punteos que demuestran el calado bluesero y desert rock que tiene el combo moscovita, el ‘coletas’ de la derecha otro que tal, perfecto complemento en la base rítmica para nuestra protagonista con unos aporreos absolutamente bestiales poniendo toda la carne en el asador y más. En fin, que si no intuyes por donde van los tiros te diré que esto es Desert Blues Rock de 18 kilates de coraza Alternative Rock que lo mismo te recordará por momentos a los Kyuss más cachondos, a Rival Sons y a Jack White y, joder!, cómo no! a Zeppelin. Por situaros en términos criaturiles, están muy cerca de la Dorothy del debut y de los excelsos Black Mirrors de la ‘Funky Queen’ Marcella Di Troia, ambas obviamente descendientes de la super-mega-diosa JOPLIN. Nuestra CxS también la ama y aquí se nota…

Tuvieron que darse cuenta de su potencial cuando poco más de un año después, los mismos cuatro temas del E.P. pasan a formar parte de un LP en toda regla de título On Your Knees (2018) en el que mejoran ostensiblemente en composición, imagen y pegada instrumental y melódica. El disco está al mismo nivel, ¡si no mejor! que lo apuntado en el debut, un disco infeccioso, sexy y adictivo hasta decir basta, desbocado en muchos momentos como a mí me gusta y sin ningún puto bajón, blues rock con un sobredosis potentísima de fuzz. Una Opera Prima de tomo y lomo en la que también cuidan más su imagen y estética llevando ella ropajes y complementos de tigresa y el guitarra sofisticando mucho su imagen, quizás derivativa de Scott Holiday (Rival Sons)…

Sus presentaciones por las mejores plazas de Rusia se empiezan a suceder con regularidad, incluso prueban suerte en Alemania y algún país de Escandinavia que ahora mismo no recuerdo. En festivales ya se codean con gente de primera línea y su seguridad encima de un escenario acaba por pulirse al completo. Sólo habían pasado tres años desde su formación y su reputación no hacía más que subir como la espuma.

Los Hell Bruizes creen mucho en el formato single y EP  y en 2019 lanzan el maxi-single Ideal Villain con dos magníficos temas que luego incluirán en el EP Gasoline (2020) junto a otros tres que siguen demostrando la tremenda personalidad que está alcanzando el powertrio.

Justo un año después de un EP que no desgraciadamente no pudieron defender en los escenarios por el motivo que ya sabéis, nos llega el segundo disco de los rusos titulado Speak Of The Devil (2021) que no es otra que la compilación de Gasoline (2020) más tres tremebundos nuevos temas. Hablando de generalidades, la pelirroja CxS y sus dos secuaces han rebajado en general la ‘aridez’ stoner, la distorsión fuzz y la suciedad Detroit por un decantamiento más bluesy e indie rock sin perder en ningún momento su esencia. Si su LP debut era claramente Stoner Blues, éste es más Blues Stoner, más Dorothy y Brant Bjork que el anterior que era más Kyuss, nirvanero y Stooges. El tema que inicia el ritual del infierno, «Speak Of The Devil» (uno de los nuevos), se estrena con un nervio muy ‘a la Queens Of The Stone Age/Eagles Of Death Metal’, «Poisoned Wine» y su triunfador «Apple Pie» (joder, joder con esos ‘huah’s’!!!) son una animalada a medio camino entre Jack White, Rival Sons y Wolfmother, intensidad sónica, decibelios, sin desierto, eso sí, pero igualmente certeros y dulcemente ‘dañinos’. Cuidadito que llega «Gasoline» y el obsesivo blues se hace con el control en la primera parte de la composición. ELLA te seduce, te erotiza con sus fraseos, al igual que los hipnóticos punteos de guitarra y el acompañamiento rítmico que acaban explosionando en un sudoroso y orgásmico final. «Almos There» quizás sea su tema más alternativo rock, el más indie y el que más arriesga a sabiendas de lo que la banda ofreció en anteriores entregas. No pasa nada, continúa la intensidad y la seducción vocal e intrumental. En «Ideal Villain» disfrutamos de otro gemazo desert blues, el más cercano al Rancho de la Luna, ese en el que ‘come, vive y caga’ Brant Bjork. Una composición hipnótica/fumeta, de claro magnetismo árido pero sin abusar del fuzz. Me dejo para el final los otros dos temas nuevos que, por supuesto, no desentonan en absoluto, suman ¡y de qué manera!. En «Run Run» volvemos a sentir esa pulsión desert blues alternativa cercana a Mr. White con una línea de bajo brutal por parte de nuestra protagonista, sin embargo, en el tema que cierra el disco «You Don’t Get It», sigue una línea blues más atmosférica y magnetizante en primera instancia para irse poco a poco acercándose al Diablo del fuzz y la distorsión más cruda en su clímax final.

Concluyo. Te aviso que este disco escucharás una y mil veces, que no parará de incitarte hasta que lo desees, que querrá que lo poseas y saborees sin descanso una y otra vez, una y otra vez… ‘BOLA EXTRA’ sabe a la perfección de lo que te estoy advirtiendo…

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