Pristine

Bienvenid@s a los ‘Dominación Salvaje’ una vez más. Antes de comenzar con mi post correspondiente, he de recordaros que comenzamos la semana intentando ‘incomodar’, en la medida de lo posible, al babosillo Cupido con nuestro especial ‘Diabólicas Dimensiones: Occult Rock Compilation Vol. 2’. No nos creemos eso del amor platónico y eterno, esa alegría romántica impostada por el consumo y El Corte Inglés, por lo que os ofrecemos un poquito de oscuridad musical y densas tinieblas en un artículo en donde se explicaban las razones y se os instaba a disfrutar de una Playlist, tanto en Spotify como en IVOOX, con 36 CxS’s y dos horas y media de la mejor música gestada desde el Averno en cuestiones Occult Rock, Vintage, Stoner Rock, Heavy Psych, Desert Blues, Metal, Rock Alternativo, Doom y algún que otro estilo más.

Eso sí, os pedimos encarecidamente que nos déis un like en el ‘Corazón Verde’ de la Playlist en Spotify, no os cuesta nada y a nosotros nos ayuda ‘salvajemente’, os lo aseguro. Gracias de antemano.

Llega mi turno y un servidor estaba esperando rescatar, una vez más, a una CxS que llevaba ‘agazapada y acechando’ casi cuatro años, porque es, a su vez, novedad prioritaria en el mundillo discográfico con su nueva obra. Ha llegado el momento espacio/temporal de traeros de nuevo a una de las Criaturas Salvajes más creativas, indiscutibles y soberbias de la escena actual, y esa no es otra que HEIDI SOLHEIM con una de las bandas también de referencia en esto del Vintage Blues Rock’N’Roll y el Heavy Psych como PRISTINE. Rindamos pleitesía y mostremos ciega obediencia a la pelirroja noruega…

Ahora que ya te sientes más cerca de nuestra ‘Demon Girl’, te contaré que la Solheim no sólo tiene una garganta privilegiada para el blues rock’n’roll, no sólo se sabe mover cuál bestia parda encima de un escenario, sino que también es la líder y compositora indiscutible, tanto lírica como musicalmente, de una de las bandas más excitantes de Noruega, ¡sí! he dicho bien, ¡Noruega!. Originarios de Tromso, ya en la región ártica más al norte del país, cualquiera diría que es imposible que una banda tan caliente pueda surgir con tanta rotundidad y arrestos rockeros a pesar del gélido ambiente que se vive allí practicamente todo el año. No es problema para ellos, Pristine podrían derretir ambos polos con la clase y la intensidad con la que tocan sus intrumentos. El quinteto formado en 2006 por nuestra Heidi-Criatura, su eterna mano derecha, Espen Jacobsen (guitar) y Asmund Eriksson (bass), Benjamin Mork (keyboards) y Kim Karlssen (drums) son una auténtica locomotora caliente, derretidora y desenfrenada de psychedelic blues rock’N’roll con ramalazos funk y southern desde el primer riff creado para su ya inmenso debut con Detoxing (2011), al que le siguen el referencial No Regret (2013) madurando y consolidando su sonido con ínfulas tanto de Grand Funk Railroad, Janis Joplin, Cream, Led Zeppelin, Hendrix, Allman Brothers o, de forma más contemporánea, The Black Keys, Juliette Lewis o el Stoner Blues más groovie.

El disco con el que los conocí, Reboot (2015), fue con el que me dejaron literalmente embobado gracias a un despliegue de intensidad y clase compositiva de auténtico infarto. Para muestra, botones… zambombazos sónicos como “Derek”, “(I’m Gonna Give You) All Of My Love” o “Bootie Call” te dejaban literalmente exhausto y sexualmente complacido…

Antes de continuar, huelga decir que la ‘workaholic’ de Heidi también tiene dos discos en solitario que demuestran que esta mujer no puede parar quieta ni por un segundo. Eso sí, su prioridad siempre han sido Pristine, sabe que el monstruo que creó con sus dos primeros discos no podía mantenerlo despistado con proyectos paralelos de larga duración y así lleva concentrada con Pristine desde el mencionado Reboot de 2015 al que le siguió tan sólo un año después el más ácido y psicodélico Ninja (2016) con mucha más presencia de elementos ‘flotantes’, de pasajes blues un poquito más reposados y tremendas souladas, a pesar de ello, el Vintage 70’s no desaparece. Compruébese aquí…

Tres años después, la ‘redhead’ blues rocker volvió a la carga con otro albumazo bajo el brazo, Road Back To Ruin (2019), porque sí, porque no se le puede adjetivar de otra manera que ésta con otro tracklist para quitar el hipo. La madurez compositiva de la Solheim no para de crecer, las nuevas canciones vuelven a no bajar del jodido sobresaliente. Y es que los temas atruenan como atronaban los discos de los Purple y Grand Funk, con una producción analógica cruda y potente, ‘in your face’, pero no nos olvidemos que la experimentación con otros estilos y ambientes más reposados comienza a tener su prioritario peso en composiciones muy emocionales envueltas en melodías cristalinas y atmósferas hipnóticas nórdicas muy bellas. No es el caso de «Sinnerman» vaya…

Y bien, como a todos, a Heidi y sus Pristine también les llegó la pandemia, eso sí, en mayo de aquel 2020 de encierros víricos no se rinden y editaron un EP, Fireball, que se cimentaba en su faceta reflexiva y atmosférica, con ambientes psicodélicos y cierta oscuridad en sus texturas, en cualquier caso, una triada de canciones muy hermosa y que quiso seguir manteniendo la llama de los nórdicos encendida… Aquí uno de los cortes…

Y ahora sí, llegamos a la más rabiosa actualidad de la Soldheim y sus acólitos vintage rockers. The Lines We Cross (2023) se convierte en la sexta obra en estudio de los noruegos, un disco postpandemia que es continuista con la línea de experimentación y necesidad evolutiva de la banda desde Ninja (2016). Nos encontramos delante de un disco dinámico y con muchas caras, un álbum que sorprende tanto por la inagotable capacidad compositiva de nuestra protagonista como por la frescura a la hora de contrastar temas más ‘carnales’ y de electrificada sangre setentera con composiciones más atmosféricas, etéreas y de contenido lírico existencial y de reflexión sobre lo que nos está pasando en estos tiempos locos que nos ha tocado vivir. Imponente y muscular inicio de disco con dos zambombazos setenteros de la talla del revelador «Action, Deeds & Suffering» y el cadencioso y sexual «Ghost With A Gun». Qué gran trabajo de sección rítmica y de teclados. Del vozarrón de la Soldheim ya ni os hablo. Deep Purple, Grand Funk y Led Zepp por un tubo… anticipando momentos ácidos venideros en el cuelgue psych de «Ghost…». Y así es, la dos partes de «The Loneliest Fortune (pt 1 & 2)» son un ejercicio fabuloso de psicodelia en su más amplio sentido, primera parte vaporosa y etérea, segunda más Vintage Folk & Prog Rock, cercana a los parámetros de estilo de Francis Tobolsky y sus Wucan. Huele a Jethro Tull, una animalada de 10 minutos. En este sentido más ‘flotante’ también degustamos con pasión el atmosférico «Valencia» (¿qué les puede haber inspirado de mi ciudad natal para querer ‘casarse’ allí?…). Otra enormidad experimental/ambiental de cierto acercamiento Björk la tenemos en «Carnival» con el lujoso añadido de 24 músicos pertenecientes a la Arctic Filarmonic Orchestra de Tromso. Una delicatessen con saborcillo a los Zeppelin más ampulosos gracias a esos vientos orientales. Dejamos de ‘flotar’ y nos ponemos a bailar con la electrónica post punk perfectamente planteada en «Sad Sack In a Cadillac» que antecede al que, para quien suscribe, es el tema más rotundo e incontestable del trabajo, «The Devil You Know», y es que cuando la Soldheim se pone guerrera me tiene ganado con un puto único pestañeo. ¡Qué estribillo y riffs más potentes! Volvemos a la disciplina más Page/Plant con ese ejercicio ‘a la «Kashmir»‘ de «The Lines We Cross», un corte de rítmica preponderante y líneas potentísimas de teclados derivativas de todo un John Lord. Calma tensa, se avecina tormenta… El disco se cierra en banda con «Instant Conclusions Decade», una canción reflexiva y con clara épica nórdica nostálgica, con arreglos electrónicos y líneas vocales etéreas que cierra de manera magistral un álbum que está llamado a ser y estar entre lo mejor de este 2023. Por no decir que ya tengo uno de mis discos del año en febrero… Heidi Soldheim TE AMO…

No debo extenderme más, dejemos que el ‘ROJO FUEGO’ noruego dilate tus pupilas e inunde tu retina porque la ‘BOLA EXTRA’ que te espera es una de las más intensas que vas a visionar este año. Quedas más que avisado…

 

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