Volvemos a quitar las telarañas a una sección que debiera tener más actividad de la que tiene, me refiero a ‘SPANISH BOMBS’. Vamos a hacer un esfuerzo real en este 2024 para que no se nos escapen auténticas joyitas de nuestras CxS’s nacionales que se han publicado recientemente o se publicarán en breve. Hay material que se quedó pendiente el pasado año (va a ser mi caso en este post) y mucho que está por venir, ¡ya lo veréis!.
Antes de comenzar, instaros a que flipéis con el articulazo que se ha marcado BERNARDO DE ANDRÉS con un nuevo proyecto que nace tras una disolución sonada, os hablo de THE GEMS, el proyecto conjunto de tres ex-Thundermother’s que dejaron atrás la disciplina y los mandados de Filippa Nässil. En estos casos, ¡vaya!, egoistamente es todo un gustazo que ahora tengamos a dos bandazas como Thundermother y The Gems en activo porque una sigue siendo un bombazo y la otra, The Gems, está empezando a dar señales claras para convertirse en ello. Guernica Mancini no se anda con chiquitas…
Y ahora sí, acometemos nuestra primera dupla de ‘SPANISH BOMS’. Nuestras intenciones esta semana son claras, va a haber tres posts, los dos primeros en sesión de lunes y miércoles serán, obviamente, de Criaturas nacionales y el del viernes me lo reservo para poneros los dientes largos je, je.
Comenzamos. Tenía pendiente volverme a traer a la CxS, SARA LAPIEDRA, y WHITE COVEN, su excelsa banda, desde hace más de un año y por cuestiones que todavía no alcanzo a entender (y con un discazo de auténtico lujo entre manos editado a finales de 2022), no se habían vuelto a pasar por aquí como era menester. Menos mal que no nos olvidamos de discos que no son o no pertenecen a la más rabiosa actualidad y, todo hay que decirlo, el haber podido presenciar el directo de los maños este verano en Benicàssim hizo que me tatuase en un sitio indeterminado de mi cerebro aquello de ‘White Coven van a volver a Criaturas más pronto que tarde’…
Dejad entrar a la ‘Diva sin Gloria’ porque no hay mejor celebración de la vida que escuchar y visionar este hitazo de los zaragozanos…
Fue allá por 2014 que la banda comenzó su andadura con la fusión de dos bandas de Zaragoza como Almost Famous y The Old Shelter conformándose con siete miembros, ni más ni menos, y que sigue estable y con muy buena salud todavía hoy en día…
El supercombo de la Ciudad del Ebro está formado por ni más ni menos que siete integrantes en donde Sara Lapiedra hace labores de frontwoman componiendo casi todas las letras, además cuentan con tres guitarras, David Bueicheku, Juan Cervera y Mario Gutiérrez, a los teclados Josete Meléndez, Carlos Viejo a las cuatro cuerdas y tras los tambores se encuentra Daniel Penón.
El cómo se organizan para ensayar y tocar en salas debe ser todo un reto para ellos (más abajo visualizaréis uno de sus ‘apretados’ ensayos…) pero, como digo, han conseguido madurar y mucho en muy pocos años consiguiendo una personalidad única que viene imbuida en el tiempo por los inabarcables 70’s presumiendo de un abanico de esencias en donde el rock setentero, el blues, la psicodelia más lisérgica, prog rock, soul, southern y los sonidos americanos van de la mano con pinceladas de stoner blues y tintes latinos. ¿Se puede amar a la vez a Pink Floyd, Deep Purple, Santana, Black Sabbath, Coven, Janis Joplin, Led Zeppelin, Allman Brothers, Hendrix y Lynyrd Skynyrd?… ¡pues sí!, se puede y se debe, siendo éstas las fuentes principales de su inspiración compositiva.
En 2015 registran su primera ‘Demo’ con tres temas que ya me encantó y me tentó a convertir a Lapiedra en CxS, pero fue bueno esperar porque, obviamente, aquello era una ‘demo’ y, a pesar de que las canciones estaban bien maduradas ya, el sonido era eso, sonido maqueta que no sonaba nada mal, pero le faltaba un poquitín más de cuerpo y limpieza en conjunto.
Tres años tuvieron que pasar para que la banda se compactase al 100% y estuviesen preparados y madurados para ofrecer su Opera Prima via Surnia Records. Overseas (2018) fue su título siendo un álbum que se me antoja una absoluta gozada de principio a fin, un disco que se nutre del pasado mirando hacia el futuro, un disco con sabor añejo pero decantando su fórmula al nuevo siglo. Su preciosa portada ya anticipaba su contenido, una imagen evocadora en azules añiles y celestes que nos retrotrae a otro espacio/tiempo con una ‘musa’ pelirroja que puede ser perfectamente un guiño a nuestra protagonista de hoy.
En líneas generales huelga decir que es muy palpable ya la experiencia y las tablas de la banda, se les nota cómodos en cualquier estilo acometido (y mira que son muchos), en cualquier pasaje en el que desean adentrarse, todo cuadra y encaja en un maremagnum setentero rico y exhuberante teniendo como ejemplo factible, palpable y perfecto su buque insignia en forma de canción como es su inicial “Woman”, blues rock, hard 70’s, Southern e incluso se puede vislumbrar ciertos punteos Soundgarden…
Cuando la banda comenzaba a despegar a nivel de repercusión y bolos llega la pandemia y no tienen más remedio que parar su actividad de directo. No es problema, la banda se centra más que nunca en pulir temas que ya tenían compuestos y en crear otros nuevos para el que sería su nueva obra en estudio. Aquí tenéis la prueba de uno de esos ensayos en pleno abril (fatídico) de 2020… Un ejemplo de obstinación y lucha contra los ‘elementos’ que andaban pululando por el aire…
Pasado el parón mundial, la banda no tarda en ponerse manos a la obra y registrar su álbum definitivo, de hecho un trabajo de título homónimo, White Coven (2022), que publican a finales de octubre de 2022.
Soy un pesado, lo sé, pero me sabe tan mal no haber cubierto un discazo de semejante categoría compositiva y creativa que no puedo parar de reconocer mi ‘falla’. White Coven (el disco) está compuesto de 7 joyas de Vintage Rock mostrando, una vez más, a una banda exultante y en plena efervescencia compositiva, las musas les siguen sonriendo sin lugar a dudas y esto se palpa desde los primeros compases delta blues del inicio de «Rambling Rose» y su fabuloso ‘crescendo’ instrumental para que la máquina Southern Rock de los maños despegue. Sara está absolutamente deliciosa a los vocales, con muchos matices, desgarrados en ocasiones, sensualidad soulera en muchos momentos y frágiles y afectados en otros. «Brown Eyed Lady» rebaja revoluciones sumergiéndonos en sugerentes parajes soul blues con momentos de lucimiento vocal a cargo de la Lapiedra y otros en los que la banda muestra su pulso y su músculo setentero. Otra joya… ¡¡¡Y qué tema no lo es!!!, «Orpheus» desata la faceta más progresiva y lisérgica del combo aragonés, con un riff a los teclados muy ‘a la The Who’ en una composición de generosos 10 minutos haciéndote pasar por múltiples pasajes y momentos distintos que empastan a la perfección. Townsend, Santana, Pink Floyd… Vaya despliegue de inspiradas ideas…
Cara ‘B’ que comienzan con su, para mí, ‘hit’ definitivo hasta el momento actual, ese no es otro que «Inglorious Diva», una canción rotunda, pegadiza a más no poder y con un ‘groove’ y estribillo soulero que se te clavan en el cerebro desde el primer momento. «Summer Groove» no se le queda a la zaga, más funky y sureña a partes iguales, pero igual de efectiva e iluminada. «Too Late» se nos va claramente a terrenos machacones y claramente deudores de Deep Purple, con esos teclados omnipresentes y unos desarrollos instrumentales jodidamente demoledores que van haciendo camino para que Sara despliegue todos sus encantos vocales y la sensualidad inherente a los mismos.
Esta Obra Maestra acaba de forma espectacular con el tema más ácido y lisérgico de todo el conjunto, «Jungle Trip of The Seventh Samba’s Seed», otra composición de generoso y extenso minutaje cercano a los 10 minutos en donde nos hacen flotar y de qué manera entre desarrollos fumetas, gemidos y susurros vocales, teclados psicodelia, sensación de jamming y pasajes samba y demás bizarradas sónicas, pero con mucho sentido e ingenio.
¿Os he dicho que estamos delante de uno de los discos más importantes de los últimos años en nuestro panorama nacional rockero?…
Y si no me creéis (que lo haréis), aquí tenéis en ‘BOLA EXTRA’ los reveladores rituales escénicos que se trabaja la banda encima de un escenario, su verdadero hábitat natural, os lo aseguro…