Bienvenidos a Criaturas Salvajes una vez más. Será éste un post a destiempo, posíblemente fuera de lugar y de contexto, pero me fue imposible el pasado jueves acabar el post correspondiente a la segunda parte del ‘Especial Halloween’ que nos habíamos propuesto. En cualquier caso, y en momentos poco favorables, os propongo un instante de entretenimiento y evasión para sobrellevar todo esto.
Las circunstancias en Valencia el pasado jueves, provocadas por esta Dana que nos asoló el pasado martes, hicieron que no dispusiese de un minuto de tranquilidad y sí muchas horas de volante… Fue un día muy largo en muchos sentidos, pero estamos bien y hemos tenido suerte para lo que está ocurriendo prácticamente al lado desde donde os escribo…
El pasado lunes, mi camarada Bernardo de Andrés sí que pudo anticipar la noche halloweenesca trayéndose a la CxS, EMMY MACK, con su banda REDHOOK, proveniente de Sidney (Australia) y adalides del revival Metalcore, el Industrial y el Nu Metal…
En mi caso personal, he decidido seguir adelante con mi apuesta ‘oscura’, ya que el quinteto OLD BLOOD sacó su nuevo disco hace tres semanas y aunque haya pasado ya la fecha del ‘Truco o Trato’ es de justicia hablar de su nueva obra. LYNX, vuelve a subyugarnos con sus nuevos mandamientos ‘paganos’…
Provenientes de Pomona, California, el quinteto Old Blood tiene su misteriosa génesis en algún momento de 2015 cuando cinco amantes del Doom, pero también del Blues, se juntan para hacer su Sabbath particular. Se bautizan con nombres en clave, nuestra primera CxS y frontwoman atiende al nombre de FEATHERS, el guitarra a Gunner, el bajista a Octopus, el teclista será Stone y el baterista responderá al nombre de Diesel.
El sonido de la banda cierra su círculo de fuego removiendo en un mismo caldero el Heavy Blues y el Stoner Doom consiguiendo publicar un primer single a finales de 2015, «Glowplug», que es la perfecta carta de presentación para su disco homónimo, Old Blood (2016), publicado medio año después.
La banda demuestra en su debut una personalidad inaudita y heterogenea, pues la mezcla de sonidos arrastrados y saturadísimos se combina a la perfección con una base blues/soul muy presente además de momentos de psicodelia y ácido, vamos, que la banda es definida en algún medio como ‘…Amy Winehouse haciendo una jam con Kyuss en una fiesta de LSD en el desierto…’, ya os digo que falta de razón no les falta con esa presencia de teclados Hammon y ritmos ultra-lentos y saturados que combinan extraña pero eficientemente con una cantante como Feathers que sí, que recuerda a la Winehouse pero demuestra pleitesía también por Janis Joplin y Elin Larsson (Blues Pills). Un discazo a descubrir, os lo aseguro.
Dos años después y con la banda presumiendo de un nombre y status en la escena más oscura americana, publica un single todavía más retorcido y demoníaco, el desierto parece echarse a un lado en favor del Averno y así «Enjoy The Devil» acaba por poseer tu cuerpo y tu alma añadiendo vientos, pianos y ralentizando más todavía si cabe sus riffs para dejar a Feathers reconvertida en la sacerdotisa soul predilecta de Baphomet…
En algún momento la cosa se tuerce, el diablo enreda y a principios de 2019 Feathers y sus secuaces separan caminos, eso sí, de forma amistosa y sin purgatorios eternos que valgan. Entra LYNX…
La magia negra y el ritual de iniciación no tarda en surtir efecto y pocos meses después, en agosto de aquel 2019, el infernal bautizo de fuego encumbra a la nueva ‘efeba’ del demonio con otro single titulado «Bloody Feathers» en donde hacen un guiño a su anterior frontwoman y presentan, ejem, mejor dicho, ‘resucitan’ a su ahora sacerdotisa máxima, la poderosa y dotadísima en labores vocales, Lynx. El single muestra la cara más prog rock y cercana a Ghost…
Y vista la aceptación que tiene el single, no tardan en meterse en su oscura cueva buscando la inspiración que les produce su nueva y cadavérica cantante así que, tan sólo un año después, en agosto de 2020, ya tenían su flamante nuevo catálogo de ocultas intenciones titulado certeramente como Acid Doom (2020).
Decididos a decantarse por la experimentación y la evolución, al parecer, Lynx aporta e inspira nuevas ideas por lo que de aquel Heavy Blues y Occult Doom de sus inicios queda ya bien poco, se han convertido en un ente más complejo, mucho más poliédrico y atrevido y, definitivamente, más dramático y cinematográfico.
Me explico. El desierto se aleja y el Cabaret Infernal se acerca y se instala entre nosotros, no hay blues en este disco y sí Occult Rock, Psicodelia, Prog Rock, Shock Rock, incluso momentos jazzys y de Orquesta Doom en un tracklist bañado en sangre, malignos rituales y omnipresencia de teclados, trompetas y pianos como en los temas «Formosa Lodge», «Pentahead» o el monstruo compositivo de «429» con una amalgama de estilos tan increible que hasta podrían recordar a todo unos Mr. Bungle del Horror.
En otros temas salen airosos con sus escarceos progresivos acercándose a los dominios del Cardenal Copia y sus Ghost en «Bridge To Nowhere» para mostrar su ‘acid doom’ en los rotundos y abiertos de miras «Veinscrapper», «Slothgod» u «Orbit» con esa primera parte gothic soul que muta en psicodelia y jazz infernal.
Cuatro años después y habiendo soportado el parón y las restricciones pandémicas, los californianos vuelven más empecinados que nunca en su sonido y su propuesta heterogénea. El ‘Cabaret Infernal’ ha vuelto con nuevos dictados fétidos bajo el nombre de Midnight Climax (2024).
El nuevo disco de la sacerdotisa LYNX y sus súbditos consolida la propuesta de su anterior Acid Doom. Ya no se intuye el desierto, el Stoner Psych practicamente ha desaparecido (al igual que el Blues) depurándose mucho más en ese Doom Soul lleno de matices diferenciales en donde tiene cabida el jazz, el progresivo, el occult rock y el shock rock.
Diría que el tema más directo, incluso de tintes ‘hard rock Sabbath’ es «Noble Oath», una composición con claras intenciones de single con ese riff y esos fraseos tan ‘catchys’ y pegadizos. «Midnight Climax», el tema inicial va un poco por esa línea, eso sí, más retorcido y doomie con una LYNX demostrando que es una de las voces definitivas del Averno.
De entre los 7 temas de que se compone el álbum, destacaría también «The Chained Elephant» con esa tenebrosa ‘intro’ jazzy a piano y vientos para dejar paso a la densidad Doom Metal y a ritmos más vertiginosos. «Kosmonaut» es otro bombazo del disco, casi diez minutos de tétrica intensidad y cambios constantes de ritmo comenzando con el sinfonismo progresivo de esa ‘intro’ con mellotron para desatar el Kaos y la destrucción con guitarrazos thrashers, distorsión y, de nuevo, una densa e inquietante niebla.
Los dos últimos cortes son pasto del Doom más tenebroso, «Poison in Disguise» incluso añade momentos folkies y psicodélicos muy chulos sin olvidar los mandados de las guitarras y «Snakes», bueno, consigue una mixtura muy interesante de ambientaciones orientales, voces y pasajes Psych y un clímax final rebosante de desarrollos guitarrísticos excesivos e intensísimos que cierra Midnight Climax por todo lo alto.
Un discazo rotundo, consolidando su particular propuesta y profundizando en esa mixtura de sonidos que les hace tan reconocibles desde el primer momento…
Aquí os dejo una ‘BOLA EXTRA’ que ya no dará tanto ‘miedo’ como si hubiese ocurrido el pasado jueves, pero que expone a una banda que sabe a la perfección de la importancia de su propuesta visual y estética…