Tal y como dijo mi camarada Bernardo de Andrés, espero que el ‘atestón’ de bandas nacionales durante tres semanas seguidas (+1 en enero) os haya servido para descubrir un poco más nuestro underground musical patrio, mucho más rico, variado e interesante de lo que muchos se podrían pensar si sólo se dedican a ‘rascar’ en la superficie quedándose con (sub)productos previsibles y comercialoides venidos de ‘realitys’ musicales. Hay lo dejo…
La vuelta a la actualidad más rabiosa internacional dió su pistoletazo de salida el pasado lunes cuando Mr. B acertó justo en el medio de la diana con los canadienses alternative rock & pop MONOWHALES y su frontwoman SHALLY SAAR… Y os confieso que… ¡estoy enganchadísimo a ese rock alternativo de influencia 90’s con bases funkies y loops electrónicos!. En mi turno de palabra, bueno, creo que hoy viernes es el momento de traerme a una CxS y banda que hicieron auténtico furor en su presentación por estos lares, no en vano, el post que se le hizo hace tres años sigue siendo a día de hoy uno de los más visitados (y con más impactos) de la historia de esta website. Y no es para menos, pues la protagonista que hoy nos visita es la mismísima TAYLOR MOMSEN y su banda THE PRETTY RECKLESS gracias a la recientísima publicación hace un mes de su cuarto disco de estudio tras cinco años de sequía discográfica. GO Ms. MOMSEN!, GO!!!…
La lider total y absoluta de la banda The Pretty Reckless siempre ha estado involucrada en el mundo del espectáculo y la farándula desde bien pequeñita, spots publicitarios, varias películas, cameos en series (se quedó entre las tres finalistas junto a la Cyrus para hacer de Hannah Montana) y protagónicos como la masiva (y ultra-pija) Gossip Girl, campañas de modelaje como la que la convirtió en imagen de la línea de moda de la mismísima Madonna en 2010 y de John Galiano en 2013, etc,… hacen de nuestra Criatura de hoy una tía más que experimentada y curtida en practicamente todos los aspectos del show business…
Pero el gusanillo del ROCK siempre estuvo ahí, de hecho cantaba desde bien pequeña y ha ofrecido en más de una ocasión su voz y su musa para componer y cantar en bandas sonoras de series en clave rockera y post-grunge (sus ídolos siempre han sido Courtney Love, Lemmy y The Runaways…). En 2009 llegó la hora de dar el paso, la Momsen decide compaginar su labor actoral y de pasarelas con una carrera musical seria y currada, nada de proyectos paralelos, nada de divertimentos y caprichos entre rodaje y rodaje, una banda en toda regla a la que daría el nombre de The Reckless cambiándolo por problemas legales al que todo el mundo conoce. Había nacido The Pretty Reckless con la formación inicial integrada practicamente por tres músicos de sesión y siendo ayudada en términos compositivos por el productor Kato Khandwala (Blondie, My Chemical Romance, etc,…) y el prestigioso compositor Ben Philips. El trío saca fruto en pocos meses, entra fuerte en listas con el single/clip «Make Me Wanna Die» y en junio de 2010 ya tienen su EP debut de título homónimo al de la banda. Warped Tour. Pero pocos meses después sorprenden con su primer larga duración, Light Me Up (2010) contando ya con sus primeros bolos importantes y siendo fichados para la gira de Evanescence y, ¡OJO!, el siempre inquieto y caza-talentos War Axl Rose consigue hacerse también con sus servicios para hacerles de teloneros en la gira del controvertido Chinese Democracy. Taylor Momsen no se podía quejar, a pesar de cierta inocencia compositiva e imposturas de hard comercial para asaltar listas, facturó un aceptable debut, sobre todo en su cara ‘A’. Los cambios de formación siguen sucediéndose hasta encontrar a los músicos adecuados, unicamente Ben Philips se incorpora como miembro fijo al lado de la Criatura hasta que, tras su segundo EP, Hit Me Like A Man (2012), Taylor encuentra por fin lo que busca con Mark Damon (bass) y Jamie Perkins (drums).
La moda y la interpretación van quedando atrás, llega 2013 y la neoyorkina tenía que demostrar que su excelente debut no era un espejismo, es más, creo que se dió cuenta de que su debut era demasiado ‘mainstream’ y blandito y decidió endurecer y extremar su propuesta con un Going To Hell (2013) que basaba su lírica en todo lo que tuvo que soportar de pequeña creciendo en un entorno Católico y muy opresivo, además de mostrar una imagen provocativa y rebelde en concordancia con el mensaje del disco. Las reminiscencias a Courtney Love, la Morrisette y Grace Potter quedaron atrás dando paso a sonoridades deudoras de Marilyn Manson, Alice In Chains o The Wildhearts. Exitazo rotundo. El Reverendo también desea tener a la Momsen y sus secuaces abriendo para él y no tarda en conseguir su objetivo.
Habiendo conseguido el éxito comercial en crítica y ventas y realizar ya giras en solitario, es este momento el verdadero momento de la verdad, el más complicado en el que comprobaríamos si la Momsen se tomaba en serio esto de la música y si su objetivo era convertirse en una artista de largo recorrido y carrera reconocida. Pues bien, Who You Selling For (2016) fue la respuesta que calló definitivamente las bocas más excépticas, esas que la tildaban de ser tan sólo un producto comercial pre-fabricado porque, ahora sí, estábamos delante de su disco más completo y rico en matices, su disco más maduro y serio a pesar de bajar un poco el nivel de decibelios y traumas sado-industriales, eso sí, el músculo agresivo y guitarrero seguía al máximo nivel cuando le daba la real gana, así como su acercamiento a Soundgarden y Chris Cornell…
Dos hechos iban a marcar y mucho la rutina disco-promo-gira de Taylor y su banda, dos puñetazos vitales de esos que te hacen replantearte tu vida y lo efímero de la misma. Un año después del lanzamiento de Who You Selling For, la banda se encontraba en una exitosa gira con uno de sus ídolos, el Dios Chris Cornell, la noche de autos del 18 de mayo de 2017 nuestra Criatura se despide entre abrazos hasta el día siguiente del líder de Soundgarden y de su crew sin saber que, instantes después, Chris se ahorcaría dejando este mundo huérfano de su arte. Uno de los iconos de la música alternativa se convertía en leyenda… El segundo mazazo se produce casi un año después, la Momsen todavía no se había recuperado de la muerte del creador de «Outshined» cuando el 25 de abril de 2018 recibe la noticia del accidente mortal de moto que cercenaba la vida de su productor fetiche y amigo íntimo Kato Khandwala. La impotencia y la profunda tristeza y vacío de la neoyorkina le hizo tocar fondo, incluso peligró la existencia futura de The Pretty Reckless…
Masticado y digerido el duelo, The Pretty Reckless vuelven cinco años después con fuerzas renovadas contando con una Taylor Momsen en pleno estado de gracia compositivo y vocal gracias/por culpa de haber pasado por semejantes experiencias dramáticas. De hecho pienso (egoistamente hablando) que le ha venido perfecto para mostrarse más segura de sí misma, más madura y auténtica demostrando una profundidad inédita hasta el momento al destilarse entre sus surcos la cruda realidad de su sufrimiento y nostalgia en los últimos años. El irónico (y cenizo) título del disco, Death By Rock And Roll (2021) y la minimalista y provocadora portada con esa desnudez mortecina y esa lápida mohosa subliminalmente los expresan todo… El disco yo lo dividiría en dos partes, una primera más agresiva, hardrockera y metalizada con una colección de efectivos trallazos y una segunda más sosegada y tranquila en donde Momsen, Philips, Damon y Perkins dan rienda suelta a su buen hacer classic rock junto con sonidos más tradicionales americana. Tras escuchar unos taconazos acercándose, nos explota en todos los morros «Death By Rock And Roll», un corte potente y pegadizo, cercano a Halestorm y con la Momsen demostrando su enorme estado vocal. Le sigue «Only Love Can Save Me Now», uno de mis cortes favoritos con dos invitados de lujo como Kim Thayil y Matt Cameron de Soundgarden dejando su impronta y tributando ‘al caído’ con fuerza ‘sabbathica’. «And So It Went» es el rotundo single del álbum, una canción tremebunda y explosiva gracias a sus crudos guitarrazos, de estribillo ultra-comercial, fraseos poppies y guiño Pink Floydiano con coritos de infantes hacia el final. «25» aporta un poco de profundidad y de oscuridad, de nuevo sentimos la presencia de Kato pero mucho más de Cornell en una composición de claro estilo 007…¡y con sorpresa Beatle!. Tal y como yo lo veo, la perfecta mezcla de la que hizo Cornell con la de Adele. «My Bones» nos recuerda los aires industriales y Mansonianos de Going To Hell. De nuevo un despliegue vocal tremebundo. «Got So High» es la primera concesión a las powerballads que siempre caen en los discos de TPR, puro pop nostálgico con la voz de Taylor demostrando esa madurez y profundidad de la que os hablaba. El breve «Broomsticks» vuelve al imaginario psicodélico de los Fab Four y sirve de antesala a otro de los temas clave del tracklist con el vacilón y determinado «Witches Burn» que recuerda un poco en el riff al «Heart-Shaped Box» pero que se desarrolla como una increíble hardrockada chulesca al máximo nivel. «Standing At The Wall» vuelve a los terrenos de la melodía folkie en un tema con muchos matices y grandilocuencia orquestal final. «Turning Gold» devuelve luz al conjunto en un tema muy optimista y Morrisette. «Rock and Roll Heaven» es el corte más ‘homenajeador’ hacia sus ídolos rockeros, una canción muy ‘a la Tom Petty’, realmente emotiva. El disco se cierra a ritmo de harmónica con la country americana «Harly Darling», quizás el tema más discreto del disco pero en ningún caso como los seudo-country que facturaba en sus principios, es un tema chulo, que no molesta, sin más, en donde la voz de Momsen es lo que importa…
Llegados hasta aquí, es hora de seguir apostando por nuestra CxS en formato visual, la ‘BOLA EXTRA’ que encontraréis a continuación está hecha en riguroso orden cronológico, no son todos los que están…¡¡¡pero sí están todos los que son!!!… además de tener otros dos buenos recuerdos de mi intocable Cornell al final…