Dejando atrás las Criaturas Salvajes en su versión ‘Spanish Bombs’ hasta muy prontito, Mr. Bernardo de Andrés se aventuró hace una semana a proponer a una de sus impactantes y sorprendentes ‘Lolitas’ de la mano de la londinense NATALIE CHAHAL aka MISS WORLD para cambiar de tercio este lunes pasado, viajar al País del Sol Naciente en una de sus tradicionales escapadas a Oriente y descubrirnos a la sorprendente y expontanea HARUKA en un perfecta combinación de powerpop y Punk Pop, vamos, como dice mi fiel camarada, Killer Pop Japo de muchos kilates.
Y como estamos en estos últimos días muy Pop, continuaremos por esta senda con un peso pesado del estilo al que le tenía unas ganas tremendas, con todos ustedes la tremendamente creativa y complicada ST. VINCENT aka ANNIE CLARK…
Para empezar, he de reconoceros que quizás sea la artista más ‘difícil’ con la que me he embarcado en Criaturas Salvajes, por su prolífica carrera, sus cambios estilísticos y una inabarcable gama de géneros que me han hecho realmente complicado el tener una idea clara de cómo debía enfocar este post más allá de acercarme a la fría biografía de, por ejemplo, wikipedia (…).
Lo que sí tengo bien claro es que Anne Erin ‘Annie’ Clark es una CxS de las grandes por mucho que ultimamente pertenezca a la ‘beautiful people‘ neoyorkina tras sus últimos albums. Nuestra protagonista, como no podía ser de otra manera, comenzó muy precoz a tocar la guitarra dominándola ya a la perfección con 15 años. Sus estudios musicales bien poco le sirvieron, se sentía encorsetada en patrones que no iban con ella y fué en ese momento cuando empezó a demostrar su espíritu rebelde y su amplitud de miras adorando por igual a artistas de distinto pelaje como Bowie, Tori Amos, Depeche Mode, Kate Bush, Talkin’ Heads, Prince o Trent Reznor entre muchos otros.
El nombre artístico de St. Vincent (viene del St. Vincent’s Catholic Medical Center, donde murió el poeta Dylan Thomas) se empezó a imponer sobre su nombre real gracias a su efervescente y prometedora carrera y a sus buenos contactos con la gente adecuada (ya tenía una amistad consolidada con David Byrne de Talking Heads). Segura de sí misma (y de sus inseguridades) y sabiéndose valedora de un estilo y una imagen que con los años iría depurando y perfeccionando con ella misma y su guitarra como imagen principal y las programaciones pertinentes siempre de fondo, lanza su primer disco en 2007, Marry Me, en donde su amor por Bowie, Byrne y Bush queda más que patente. Actor (2009), Strange Mercy (2011) y Love This Giant (2012) acaban de pulir su poliédrico y dramático estilo entre el indie, el pop, electro pop, industrial, soft rock, jazz, dance y el alt blues.
El mencionado Byrne se convierte en su ‘mecenas’ artístico y padrino principal participando hombro con hombro con nuestra Criatura hasta que llega el verdadero salto de gigante, el disco que la puso en boca de todos y que le puso en bandeja a crítica, público y ventas con su disco homónimo, St. Vincent (2014) que consigue el Grammy al ‘Mejor Album Alternativo’. Un discazo de tomo y lomo, con mucha presencia de su rebelde y rugosa guitarra, por momentos embarrada de fuzz y en otros sacando su venazo Jack White, además de sonar electro industrial con momentos muy NIN/Depeche Mode. Si «Birh In Reverse», las atmósferas y explosión de «Huey Newton», o el híbrido Prince/Talkin’ Heads de «Digital Witness» no te atrapan amiga/o es que algo te debe pasar en tu neurona musical. Aquí te van como adelanto a la ‘BOLA EXTRA’, faltaría más…
Annie, a partir de ahora, pertenecía al mundo y, por mucho que a ella le pudiera pesar, a la ‘beautiful people’ tanto musical como del mundo de la farándula en general comenzando a telonear a artistas de primera fila como The Black Keys, Beck o los mismísimos The Pixies entre otros. Obviamente, el codearse con la creme de la creme de la noche neoyorkina y angelina hace que sus instintos (y sus excesos) afloren tanto en el consumo de sustancias sospechosas como a la hora de tener relaciones ‘fatales’ caso de sus noviazgos con Kristen Steward y Cara Delevingne, siendo este último y su dolorosa ruptura la que genera una de las inspiraciones principales para su siguiente album.
Y bien, llega la hora de confirmar si el éxito de St. Vincent era un espejismo o no y puedo confirmar, sin temor a equivocarme lo más mínimo, que no sólo lo iguala… ¡sino que lo supera!, Masseduction (2017) se hace más poliédrico todavía, más complejo en arreglos a la par que más accesible y comercial en melodías, la Clark vierte toda su incomodidad y su sarcasmo satirizando e ironizando el concepto de la fama y todo lo que la rodea y eso se deja notar en muchas de las canciones del disco pero sobre todo en una que me vuelve absolutamente loco y esa no es otra que la incisiva y superseductora «Los Ageless» de título más que matador con ese juego de palabras, un ritmo catchy demoledor muy Martin Gore y una interpretación vocal de nuestra Criatura que haría derretir todo el Polo Norte. Pero el disco no tiene tan sólo este hitazo, ¡está plagado de ellos!, empezando por el atmosférico comienzo de base NIN con «Hang On Me», la inmediatez picarona de «Pills» exorcizando su pasada adicción a las ‘pastillas para dormir’, el híbrido Prince/Reznor en los azucarados funkys de «Masseduction» y «Young Lover», las texturas techno 80’s de «Sugarboy» y la industrial «Fear The Future», las desnudas y emotivas «Happy Birthday, Johnny», «New York» tan dulce como incisiva y «Slow Disco» tan afectada, tan Tori Amos con esos arreglos de cuerdas. En definitiva un discazo, una obra de arte musical creativa como pocas. Un gustazo eterno…
Para acabar, como este blog también se nutre de la actualidad más rabiosa, los astros se han alineado para que hoy mismo coincidamos en el espacio tiempo con Annie ya que publica hoy, 12 de octubre, su nuevo disco, MassEducation (2018), un disco realmente especial que revisita y reinterpreta Masseduction con interpretaciones desnudas de programaciones y guitarras distorsionadas, tan sólo su voz, alguna guitarrita acústica aislada y, sobre todo, el piano de Thomas Bartlett (The National). Ya ha adelantado dos temas «Savior» y «Slow Slow Disco».
Ha llegado el momento de disfrutar, no sólo de la excelsa y exhuberante música de St. Vincent, sino también de su sentido de la estética y de sus cuidados y trabajados videoclips (muchos de ellos auténticas Obras de Arte visuales) y de su brutal puesta en escena en directo en programas de TV. Estoy seguro que la ‘BOLA EXTRA’ iluminará a más de una/o cambiando sus impresiones Annie Clark…